Seguro que te ha pasado: repasas las fotos del último cumpleaños, de las vacaciones, de cualquier tarde especial… y ahí están todos menos tú.

Tú que lo organizaste, que preparaste la merienda, que estuviste pendiente de cada detalle. Estabas, claro que sí, pero detrás de la cámara.

Y es normal. Muchas veces somos nosotras las que hacemos las fotos, las que capturamos los recuerdos. Pero también merecemos salir en ellos.


¿Por qué mamá no aparece en las fotos familiares?

No es casualidad. En la mayoría de familias, mamá es la fotógrafa oficial: la que documenta cada logro, cada cumpleaños, cada momento bonito. Pero al estar siempre pendiente de capturarlo todo, acaba desapareciendo del recuerdo visual.

No es porque no importe. No es porque no esté. Es porque muchas veces no se siente lista: “No me veo bien”, “ahora no estoy arreglada”, “mejor otra vez”. Y así, sin darnos cuenta, se nos escapan años enteros sin una sola foto donde mamá también abrace, también ría, también esté.

Estar presente también significa salir

Tus hijos querrán ver cómo eras tú cuando ellos eran pequeños. Cómo les mirabas. Cómo les cogías de la mano. No necesitan verte perfecta, solo quieren verte. Porque tú también eres parte de su historia. Y las historias más bonitas se cuentan completas.

Si nunca sales en las fotos porque siempre estás detrás de la cámara… quizá ha llegado el momento de soltarla y dejarte mirar.

La fotografía documental familiar: sin poses, sin excusas

No hace falta una casa de revista, ni un peinado de peluquería.

Hace falta una historia. Y la tuya ya está ocurriendo.

En las sesiones de fotografía familiar documental no hay poses ni forzados. Solo estáis vosotros, como sois: desayunando juntos, jugando en el salón, abrazándoos en el pasillo. Y yo, cámara en mano, acompaño el momento sin interrumpirlo.

Mi trabajo consiste en que, cuando veas esas fotos dentro de unos años, te reconozcas.

Hazlo por ellos. Pero también por ti.

Tus hijos te verán como tú no te ves ahora: increíble.

Verán tu ternura, tu fuerza, tu manera única de estar. Y cuando te busquen en los recuerdos, se encontrarán contigo.

Porque las fotos no son solo para hoy. Son para dentro de 20 años. Para cuando quieran recordar cómo fue crecer a tu lado. Para que puedan decir: “Mamá estuvo ahí. Siempre.”

¿Y si esta vez salís todos?

Si te resuena esto, si llevas tiempo pensando “algún día me haré una sesión con ellos”… este es el momento. No para posar, sino para estar. Para dejar constancia de que exististe ahí, en medio del caos bonito del día a día.


Reserva una sesión de fotografía documental familiar y sal en la foto.


Tú también formas parte de esta historia.