Esta es, sin duda, una de las preguntas que más recibo. Y tiene todo el sentido: preparar una sesión de fotos en familia genera ilusión, pero también muchas dudas. ¿Qué ropa nos ponemos? ¿Cuál es el mejor outfit? ¿Hace falta comprar algo nuevo? ¿Cómo combinamos a todos?


Como siempre digo, en el tipo de fotografía que hago —natural, espontánea y cotidiana— lo más importante es que os sintáis cómodos. Que seáis vosotros mismos. Lo ideal es que el día de mañana, al mirar esas fotos, os reconozcáis tal y como sois ahora. Porque sí, hasta la ropa nos trae recuerdos y emociones.


Dicho esto, hay algunas cositas que podéis tener en cuenta al elegir qué poneros de ropa para la sesión de fotos familiar:


Logos, dibujos grandes y textos llamativos

Este tipo de detalles suelen atraer demasiado la atención y pueden robar protagonismo en las imágenes. A menos que formen parte de vuestra identidad y estilo, suele ser preferible optar por prendas más neutras y sencillas.


Paleta de colores armoniosa

Sin necesidad de ir todos vestidos iguales, elegir colores que combinen entre sí puede hacer que las fotos se vean más armónicas y agradables a la vista. 


No es una norma, pero sí un truquito que suelo compartir…  Para sesiones al aire libre, los colores tierra, neutros y suaves suelen integrarse muy bien con el entorno. En interiores, en cambio, los tonos claros y luminosos ayudan a aprovechar mejor la luz natural.


Y un último tip: dejad que la estación del año os inspire. La ropa también cuenta parte del relato y puede reforzar ese momento en el tiempo que estamos documentando.


Sé fiel a tu estilo

Si vuestro estilo es desenfadado, bohemio, clásico o más colorido, ¡eso es exactamente lo que debería reflejarse en las fotos! La ropa debe contar parte de vuestra historia y mostrar quiénes sois realmente. Recordad que estas fotografías son recuerdos para toda la vida, por lo que debéis sentiros representados y auténticos.


Y no os agobiéis con los peques…

Porque ellos siempre nos sorprenden. Ya me ha pasado a mí: todos los años contratamos a una fotógrafa para registrar un poquito de nuestro día a día. Un año elegí con cariño la ropa para mis hijas, todo combinaba. Pero adivinad qué pasó. Mi hija pequeña decidió que no, que ese día se ponía otra cosa. Las botas de agua que no iban con nada, el jersey que ya no le valía… ¡y así fue ella! Una historia más para contar. Una historia real.


He fotografiado niños que no querían quitarse el uniforme de su equipo favorito, o niñas que llevaban meses poniéndose el mismo disfraz de Elsa. Y me parece perfecto. Porque esas son sus historias, sus etapas. Y de eso se trata: de guardar recuerdos reales.



Así que, más allá de todas estas recomendaciones, lo que más os animo es a vestiros con lo que os identifique. Y a disfrutar de la experiencia. Yo me encargo del resto :)